«El sector industrial consume el 32% de la energía global, con el 90% del calor generado a partir de combustibles fósiles. En este contexto, el almacenamiento térmico (TES) es crucial para reducir emisiones, mejorar la eficiencia energética y facilitar la transición hacia energías limpias. Además, el TES permite la flexibilidad operativa, desacoplando la generación y uso del calor, y posibilita la participación en mercados energéticos mediante la gestión eficiente de la energía.»
AQUÍ puede encontrar el artículo completo (página 44/45).