Por Laura Ojea, El Español
A medida que las emisiones de carbono a la atmósfera continúan aumentando, se intensifica el impulso para descarbonizar el planeta. Ahora le toca el turno a la industria, uno de los sectores que más está decidido a hacer la transición, pero que le faltan herramientas rentables y viables para ponerse manos a la obra.
Sin embargo, ya han aparecido en el mercado nuevas tecnologías cuyos propietarios aseguran que salen los números en muy poco tiempo y además, se consiguen los objetivos de reducción de emisiones. Más aún en un modelo, el europeo, que viene marcado por el Comercio de Derechos de Emisiones de CO2 (ETS EU).
Las últimas en ofrecer sus ventajas son las de una empresa noruega, ENERGYNEST, que ofrece una batería flexible y viable comercialmente, que utiliza el excedente de la generación fotovoltaica, eólica o termosolar, y lo almacena con calor a altas temperaturas.
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